Sotomayor,
uno de los tantos pueblos de Nariño, el más hermoso, agradable y acogedor,
habitado por gente maravillosa y gentil. El personaje principal de esta
historia es un profesor.
Nuestro
profesor o mejor “teacher”, como decía con un inglés rolo la tendera de la
esquina, es una persona amable, respetuosa, inteligente y con muchas ganas de
sacar su hogar adelante; además, él se caracteriza por ser un hombre que le gusta
tomar y emborracharse mucho. Una tarde de domingo, cuando la neblina cubría el
cielo, se reunió a tomar con sus amigos; horas más tarde, eso de media noche,
decidió irse a su casa; pero la rasca que tenía no le permitía encontrar el
camino. Caminó sin rumbo, quien sabe por donde se metió, lo cierto es que
minutos después, se detuvo, miró sus alrededores y se dio cuenta que estaba en
el centro del parque,
donde antes había una fuente de agua, de pronto escucho un ruido, era un
hermoso pájaro, de una luz dorada, muy radiante, parecía hecho de oro puro.
Los ojos
del teacher se iluminaron después de restregárlos con el puño de la camisa y, entre tumbos, se acercó
para cogerlo; pero el ave daba vuelos cortos ya por las ramas ya por la calle y
se alejaba piando; volvió a intentar atraparlo; pero el pájaro se alejaba cada vez más por la
calle San Pedro, por el sector donde ahora queda el colegio; el profe insistentemente lo siguió y cuando se
dio cuenta, había atravesado la puerta
del cementerio, que aún permanecía cerrada, ya estaba en medio de
cruces y coronas viejas; pegó un vistazo a los alrededores y no lejos de el estaba el pájaro, parado sobre una
cruz de madera de alguien que en vida respondio al nombre de Manuel, muerto por
allá a principios del siglo, tiempos aquellos
en que lo normal era morirse de viejo y los hijos enterraban a sus
padres ¡ ay qué tiempos
aquellos!; cuando vio al pájaro, éste ya no era tan lindo como parecia en un principio; tenía los ojos
rojos, parecía qué botaba fuego, su piar se habia convertido en graznido, el
pico era muy largo, su apariencia era horrible,infernal, negro como el vientre de la noche; el profesor cuando
vio que el ave levanto el vuelo
dispuesto a atacarlo, pegó la carrera como alma que lleva al mismo Patas; alcanzó a llegar a su casa y
cayó desmayado en la puerta; su familia, sin comprender lo sucedido, lo auxilió
y días después recuperó el sentido y pudo contarles este relato.
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