Era un
perro totalmente negro que siempre se aparecía en el camino que desde El Alto
conduce al Cucho; aún existe, pero es muy poca la gente que lo transita porque
todavía siguen viendo aquel perro que les ha dejado marcas físicas y psicológicas
a muchos habitantes.
Este perro
se aparece en un lugar llamado el Hueco Hondo; pues el cancerbero es grande,
negro y echa candeleos de fuego por la boca y sus ojos son rojos.
Un día, Pasaba por aquel lugar Don Jesús
Montenegro, quien venía de El Cucho totalmente guarapiado, cuando de repente...
sólo alcanzó a decir: ¡Virgen...! y el perro se le viene y con el primer dentellazo,
Don Chucho cayó desmayado. Al otro día, volvió en sí dando unos ayes ¡Diosito
Santo!, bañado en sangre y con la cuenca vacía, pues el Perro Negro le había
sacado un ojo.
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